¿Lavarse con agua fría o caliente?

¿Lavarse con agua fría o caliente?

Aunque cada maestrillo tiene su librillo, nuestra recomendación genérica es, como en casi todo, el camino medio: agua tibia en caso de dudas y aprovechar las ventajas en nuestro favor cuando nos resulte conveniente. Durante el artículo vais a leer en muchas ocasiones la palabra confortablemente, y aunque en los principios de la escritura se recomienda no repetir un término, lo usamos con intención para indicar que no debe suponer impacto, ni muy caliente ni muy fría, ni molestar ni perjudicar. Las terapias de contraste extremo deben ser guiadas por profesionales.

Los seres humanos han utilizado el agua como elemento terapéutico o curativo desde la Antigüedad, no sólo del cuerpo sino también del alma, desde una perspectiva de intuición, estudio  u observación hasta la más reciente hidroterapia, que se describe como el arte y la ciencia del tratamiento de enfermedades y lesiones por medio del agua.

Dentro de nuestro ámbito cosmético, vamos a proponer recomendaciones sencillas que podríamos aplicar en nuestras casas considerando:

  • la temperatura
  • la intesidad 
  • los principios activos que incorporamos al agua

 La temperatura:

El agua confortablemente caliente abre, dilata, relaja, ablanda y nos ayudará cuando ese es nuestro objetivo:  abrir poros y cutículas, ablandar durezas, absorción de nutrientes, ayudarnos en manicuras, pedicuras....  El agua confortablemente fresca tonifica, contrae, estimula la circulación periférica. Será nuestra aliada cuando deseamos tonficar, tratar la flacidez, cerrar cutícula, mejorar el retorno venoso como por ejemplo en el pecho, piernas, zonas de descolgamiento, cabello... . 

El contraste por las variaciones de temperatura e intensidad pueden ejercer una interesante acción de de micromasaje, mejora de la microcirculación, oxigenación,eliminación de toxinas y funciones de la piel. En ese caso empezaremos por una temperatura cálida, alternaremos con agua más fresca e iremos alternando acabando en confortablemente fresca.

 La intensidad:

La presión del agua también constituye una opción a considerar. Puedes beneficiarte variando confortablemente las intensidades durante el baño y ducha, focalizando el chorro o dispersando en el cuerpo entero o zonas concretas, por ejemplo en los pies, piernas, en las manos, en el rostro, en la cabeza, espalda...

 Los principios activos que incorpora:

Podemos enriquecer nuestros particulares hidro-autotratamientos con infusiones, pétalos, hojas o flores de plantas frescas o secas, hidrolatos, aceites esenciales, algas, sal marina para aprovechar la sinergia de los distintos elementos.  Te recomendamos que contactes con tu fitoterapeuta de confianza para que te explique las más convenientes. Puedes consultar nuestro artículo "Los mejores tónicos con plantas" 

Cada persona es diferente:

Cada persona tiene sus niveles de tolerancia y gustos. Si necesitas consejo personalizado concierta una videoconsulta gratuita de 30 minutos con Carola donde puede indicarte específicamente las técnicas más idóneas para tí.

Nota aclaratoria: Los consejos que se dan aquí son cosméticos para personas sanas.  Si usted está enfermo debe acudir a su médico o profesional de la salud y seguir sus indicaciones. Maison Karité S.L. no se responsabiliza del mal uso de estos consejos.

 

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