Javier Guerrero en la revsita GQ nos menciona y publica:
"La manteca de karité es a la rutina de belleza lo que Los Vengadores al universo Marvel: una fuerza imparable que hace de todo y todo bien. Y es que existen pocos ingredientes en la naturaleza capaces de proporcionar a la piel, el pelo y la barba tal cantidad de beneficios como esta pequeña nuez originaria del África Occidental que la población local lleva utilizando desde hace siglos por sus extraordinarias propiedades nutritivas y protectoras.
Pero obtener este preciado activo cosmético no es tarea sencilla. El árbol del karité tarda casi dos décadas en comenzar a dar frutos y, como es una especie silvestre que únicamente crece en la sabana, no existen plantaciones al uso. Las mujeres locales son las encargadas de la recolección de las nueces y la elaboración de la manteca, procesos que se realizan respetando la tradición ancestral y de forma completamente manual. Una vez cosechados los frutos, se dejan secar al sol, se les quita la cáscara, se trituran, se tuestan al fuego y se mezclan con agua. Luego, se amasan hasta conseguir una pasta que se cuece, se filtra y se deja enfriar. Como veis, es una técnica larga y complicada.."